NANDA PARBAT
Llegamos a un nuevo mini-parón en esta serie que trae consigo un capítulo de primera categoría. Tras muchas idas y venidas (algunas de ellas sin mucho rumbo) por fin vemos un avance importante en la trama que se supone que debería marcar la temporada: la confrontación del Equipo Arrow y la Liga de las Sombras. Este capítulo por fin incide en la difícil relación de Oliver con este grupo de ninjas asesinos, y de la fricción resultarán consecuencias de lo más imprevisibles que plantean un nuevo escenario lleno de posibilidades de cara a la recta final de la temporada.
Una cosa es clara: a Nyssa al Ghul se le han hinchado los bemoles y quiere al asesino de Sara trinchado en una lanza como si fuera un espeto. Así que, cansada ya de tiempos muertos y de dar treguas que no llevan a ningún sitio, se planta en Starling City con una buena cohorte de asesinos de la Liga para llevarse a Malcolm Merlyn muerto o difunto, lo que llegue antes. Estando las cosas como están, el Equipo Arrow se deja de tonterías y convierte el club de Thea en una fortaleza. Nadie, ni ninja, ni proscrito ni tigretón debe volver a sorprender a nuestros héroes en una guarida que siempre se ha caracterizado por parecer más una reunión de tupperware que otra cosa, porque allí entra hasta el butanero. Las cosas se están poniendo serias. Sin embargo, Oliver no contaba con que su hermana se está dejando llevar cada vez más por su lado oscuro. Su solución al problema será bastante drástica: la mejor forma de librarse del peligro no es una lucha a muerte contra unos asesinos sanguinarios, sino darles lo que quieren. Su padre le ha roto el corazón y ennegrecido el alma, así que se lo deja a Nyssa en bandeja de plata.
Sin embargo, Oliver se enterará del trato y acudirá a impedirlo. Tras una pelea espectacular, logrará detener a Nyssa, pero no antes de que sus acólitos se lleven a Malcolm a la guarida de la Liga. De esta forma, la Hija del Demonio acabará prisionera en la guarida de Arrow mientras Merlyn vuela rumbo a una lenta y dolorosa muerte en Nanda Parbat. ¿Un intercambio de prisioneros? La Liga no funciona así, y los implicados lo saben. Estando así las cosas, la opción lógica es dejar que Malcolm sufra su fatal destino. Total nadie lo va a echar de menos... si no fuera porque Oliver sabe que Thea recuperará la sensatez antes o después, y es muy difícil llevar sobre la conciencia la mácula de haber firmado la sentencia de muerte de tu propio padre. Por lo que contra toda lógica emprenderá una misión suicida de rescate para salvar el alma de su hermana; misión en la que lo acompañará Diggle, cuya relación con Oliver se va cimentando poco a poco. Tanto que Oliver le acabará confesando que otra razón egoísta para infiltrarse en Nanda Parbat es porque le toca muchísimo la fibra haber sido vencido por Ra's al Ghul y su cuerpo le pide la revancha.
Mientras se preparan, Felicity tendrá también su propia misión: salvar a Ray Palmer de la muerte por desfallecimiento. El filántropo lleva días sin comer ni dormir trabajando infructuosamente en su armadura, así que la rubia mano derecha se las arreglará para hacerle descansar. Y algo más, ya que una cosa lleva a la otra y todas juntas acaban llevando a la pareja al catre compartido. Moraleja: no hay nada mejor para reactivar las neuronas que una sesión intensiva de coyunda, encontrando rápidamente la clave para que el traje funcione.
Resultado: ¡un nuevo héroe is in da town, baby! Acaba de nacer The Atom. En paralelo, los flashback al pasado nos muestran cómo el General Shrieve cumple con su palabra y deja en libertad a Oliver y la familia Yamashiro. Sin embargo, poco dura la alegría en la casa del pobre. Cuando mejor pintan las cosas sufren una emboscada.
Alguien quiere acabar con ellos por todos los medios, y no están dispuestos a escatimar en balas para conseguirlo. Finalmente, Oliver consigue escapar con el pequeño Akio mientras Maseo y Yukio permanecen atrapados en la linea de fuego. Veremos cómo evoluciona esta parte.
Para rematar el episodio, caviar catódico puro y duro. Por una parte, Thea no puede soportar haber sido el arma que mató a Sara. Aunque no era dueña de su voluntad, no puede personarse la muerte de su amiga. Ni siquiera Roy, que pasó por una experiencia similar, es capaz de ayudarla.
Así que tomará una determinación de lo más peligrosa: liberar a Nyssa y confesarle que fue su mano la que acabó con su amada, para recibir el oportuno castigo. Tela. Pero la verdadera sorpresa del episodio se desarrolla en Nanda Parbat.
Oliver y Diggle son capturados antes de poder liberar a Malcolm, aunque el destino que Ra's al Ghul tiene reservado al héroe es muy distinto de la muerte. En un cara a cara brutal, acaba confesando que, lejos de acabar con su vida, lo que realmente desea es que Oliver sea su sucesor al frente de la Liga de asesinos. ¡Chúpate esa mandarina! Una revelación muy deudora de la genial novela gráfica
"El hijo del demonio", donde la Ra's al Ghul guardaba su puesto para el propio Batman, a quien por inteligencia, carácter y fuerza consideraba ideal como sucesor y como semilla para su heredero (en este caso con su hija Thalia). De esta forma, la trama bebe argumentalmente de esta historia que, hay que reconocerlo, se adapta como una guante a un personaje duro, tenaz y con principios como Oliver. La puerta está abierta a un mundo de posibilidades infinitas de cara al final de temporada. Esperemos que el desarrollo esté a la altura de la revelación.
Por Antonio Santos
Cinéfago por puro placer y juntaletras ocasional. Defensor de las causas perdidas seriéfilas. Hincado de hinojos ante Hitchcock y Tarantino, entre otros muchos. Amante de la ciencia ficción, la aventura, Rick Remender, Jonathan Hickman, el helado de chocolate, Jessica Chastain y Eva Green (no necesariamente por ese orden).