La primera película de
Robert Lorenz tiene la peculiaridad de contar con el retorno a la pantalla de alguien que ya se despidió de las cámaras pero que no pudo resistirse a volver por su amistad. Hablamos de
Clint Eastwood. Año 2012.
¿De que va?
Gus Lobel es un cazatalentos que vive ya sus años de vejez y tiene achaques propios de la edad. Mantiene una relación de tirones con su hija. Juntos se encuentran en Atlanta para seguir a un nuevo chico y saber si ficharlo o no. Estando allí se encontrarán con Johnny, una antigua promesa del béisbol que se retiró pronto por lesión. Será el punto medio que ponga la relación de Mickey, la hija de Gus, con su padre.
Actores.
Clint Eastwood es Gus Lobel, protagonista de la cinta y que a muchos les recordará al Walt Kowalsky de
Gran Torino, por ser un anciano achacoso, aunque en este caso con un pelín menos de mala leche y mas educado, incluso sonríe en ocasiones y se permite gastar unas bromitas en pantalla. Sin duda, una vuelta a la pantalla que ha encantado a los fans del actor/director/compositor, entre los que me incluyo.
Amy Adams es la segunda protagonista absoluta. Es Mickey, la hija de Gus, quien mantiene un va y viene con su padre. Es el béisbol lo que los une, pero las formas de su padre acaban perdiéndole. Una actuación muy convincente y demostrando que puede llevar el peso de una película ella solita.
Justin Timberlake, otro actor que ha ido de menos a mas y que no ha hecho otra cosa que atestiguar que su plan es quedarse en la gran pantalla. Me gusta.
John Goodman, inmortal y actor al que nada se le puede reprochar. Es Pete y trata por todos los medios que no acaben con la carrera de Gus.
Y finalmente destacamos a
Robert Patrick, nuestro T-1000 que aquí es quien tiene la voz de mando en el equipo de béisbol para fichar, dar de baja y renovar contratos.
Impresiones.
La cinta que nos ha vuelto a traer a la gran pantalla al maestro
Clint Eastwood está realizada por un intimo amigo y ayudante del mítico héroe de la pantalla. Fue colaborador en cintas como
Mystic River, Million Dollar Baby o
Los Puentes de Madison, por lo que se puede decir que ha tenido a su lado a un maestro.
Por ser su ópera prima en el largo, el favor era grande y por eso,
Clint optó por realizar el papel. Sin embargo, mucho cuidado tendría que tener si no quería descuidar el final de su carrera en una película mediocre. ¿El resultado?
Gus Lobel es casi un Walt Kowalsky pero menos bocazas y algo mas amigable. Amante de su trabajo y de todo lo relacionado con el béisbol tiene una pesadilla continua que se repite, algo que hace que su relación con su hija sea algo difícil y por momentos muy quebradiza.
En
Trouble with the Curve tenemos toda la contraposición que se nos mostraba con la buena película, nominada al oscar en 2011,
Moneyball. Si en la cinta de
Brad Pitt se recalcaba la búsqueda de estrellas a través de estadísticas por ordenador, en ésta es todo lo contrario, ya que mientras que los demás están actualizados con sus computadoras, es Lobel quien hace uso de su ojo a la antigua usanza, aunque tenga que usar a su hija como reemplazo en vista de sus problemas de visión.
Efectivamente, se nos recalca como no todo está en las estadísticas sino en fijarse en los movimientos, el sonido, la curvatura. Algo que como película, me resulta muy bien explicado y totalmente válido.
Sin embargo, la cinta utiliza ese detalle y el béisbol para enlazar la tirante relación con su hija Mickey y los problemas de cada uno, entrando en juego un tercer personaje en la historia que lo que hará en cierto modo será endulzar la historia al mantener, o intentar, una relación la hija de Gus.
Y sobre esto destaco una escena del film, cuando Gus y sus amigos están en la mesa de un bar y discuten sobre
Ice Cube, diciendo que es un actor de oscar, porque no solo canta, sino que actúa.
Clint ironiza en ese momento al compararlo con grandes estrellas como
Spencer Tracy. Curiosamente, es
Justin Timberlake un actor que comenzó de menos a mas en el mundo de la música y que decidió meterse en el cine, yendo también de menos a mas y sinceramente, a modo personal, lo hace bien, me gusta mucho.
Sin embargo,
Trouble with the Curve no es una obra maestra en absoluto. En cierto modo es una película normalita, pero con un portento como es
Clint Eastwood al frente, lo cual no solo revaloriza la cinta sino que le da una calidad magnífica, y para los fans, es todo un gusto volver a verlo.
Igual que da gusto escuchar en su doblaje al español al mítico
Constantino Romero. No obstante, es una pena saber que se ha jubilado como doblador y que ha sido ésta su última película. De todas formas, nada mejor que despedirse con un grande como es el maestro
Eastwood. Una pena la despedida de ambos, y de seguro un recuerdo que perdurará.
PD: El primer deportista que habla con
Clint en la escena en la que hablan sobre ver a su familia, es precisamente su hijo,
Scott Eastwood.
Música.
Marco Beltrami realiza un score bastante "invisible" en el film, donde echamos de menos el piano y la melodía que suele crear el propio Eastwood en su cine. No le hace ningún favor al film.
Lo Mejor: Clint Eastwood y Amy Adams. Es una cinta muy familiar.
Lo Peor: Que sea una despedida real tanto de Clint como de Constantino Romero en el doblaje.
Calificación:
6.5/10